Inicio

Luis Zamora Calzada

¿Descomposición Del Sistema Priista?

Algunos titulares de las dependencias gubernativas estatales, suelen utilizar el calificativo de “hombres de sistema”, para etiquetar a  sus aliados, favorecidos, consentidos, beneficiarios o cualquier otro término que signifique estar con el gobernante en turno (también suelen llamarse clase política), no para favorecer el desarrollo de la gestión que les ordena la ley, si para otorgar privilegios desde los espacios de poder, generándoles influencias, otorgando contratos, aprobando candidaturas, regalando espacios laborales y demás modalidades que garantice al grupo la supremacía de sus intereses en todos sus ámbitos.

 

Como consecuencia lógica de lo anterior, las producciones más conocidas por la opinión pública en este tipo de “sistemas” son la corrupción y la impunidad, observables objetivamente en la persona de funcionarios enriquecidos de manera exorbitante, hacedores de fortunas que nunca lograrían con sus salarios nominales, acompañados incluso de actividades lícitas.

 

La protección entre ellos, los “hombres del sistema” ha sido una condición que ha permitido el empoderamiento de sus integrantes (cualquier denuncia ante la fiscalía general de justicia del Estado de México, en contra de algún funcionario estatal, es conocida de manera inmediata por el indiciado, a lo que continuará una serie de obstáculos procedimentales necesarios para entorpecer la impartición de justicia), ejemplos al respecto sobran.

 

A pesar de este sistema de protección palpable en las cúpulas, algo está cambiando, los hechos de la semana pasada sugieren que la correlación de fuerzas en el poder del sistema entran a una fase de debilitamiento y probable descomposición, no pasaron ocho días para que se dieran a conocer la captura de Tomás Yarrington Ruvalcaba ex gobernador priista de Tamaulipas (detenido en Italia el domingo 9 de abril), por cierto en su momento muy cercano a Peña Nieto y la de Javier Duarte de Ochoa, también priista, gobernador saliente de Veracruz (detenido en Guatemala el sábado 15 de abril), calificado por Peña como la nueva generación gobernante de su partido.

 

Las interpretaciones de ambas detenciones, sobre todo de esta última, analistas y críticos lo ven como una estrategia del gobierno federal para fortalecer la candidatura del primo de Peña Nieto ─Alfredo del Mazo Maza─, en el Estado de México, quien agregará a su discurso el cambio del PRI corrupto a uno exigente de sanciones ejemplares en contra de quienes han surgido de sus filas para ser Presidentes Municipales, Diputados, Senadores y Gobernadores con actuaciones contrarios a derecho y en contra del pueblo ─sin dejar de mencionar a los funcionarios nombrados en las instancias gubernativas por los gobernantes en turno que se han enriquecido no de sus sueldos, si desde sus negocios construidos en la función pública ─, por la corrupción y probable delincuencia política organizada; hay voluntad política para cambiar, dirán ahora.

 

Otra línea de interpretación se refiere a la distracción de la atención de la opinión publica del caso Odebrecht, según la información publicada hasta ahora, existe un soborno de al menos 10.5 millones de dólares a ex funcionarios federales entre los años 2010 a 2014, involucrando todos los niveles gubernativos referentes a sobreprecios y ampliaciones ilegales de pagos realizados por PEMEX o los descuentos que se darán en los próximos veinte años por la venta de etano a la empresa brasileña.

 

Lo que no puede pasar desapercibido, cualquiera que fuera la meta del gobierno, es la incapacidad de proteger al correligionario caído en desgracia por parte del gobernante en turno y del propio PRI o quizá Peña Nieto ya rompió los acuerdos con los Gobernadores que le ayudaron a ser Presidente; más grave aún, que el propio sistema este sacrificando a sus otroras figuras públicas, metiéndolos a la cárcel, denigrándolos ante la sociedad, sirviendo como ejemplos del escarmiento y de otra naciente “renovación moral” pasada de moda desde tiempos de Miguel de la Madrid Hurtado.

 

La falta de “protección organizada” puede ampliarse a los actores actuales ante la exigencia cada vez más creciente de un México “sediento de justicia”, extendiéndose incluso a quienes se encuentra repartiendo entre la gente los utilitarios del partidazo para cooptar el voto de la gente más pobre y menos escolarizada a favor del PRI; lo mostrado con estas capturas, es que de proceder las denuncias, los probables delincuente electorales quedarían solos, a su suerte.

 

De existir esta falta de capacidad del gobierno y del PRI para defender a sus hombres del sistema, implicará como consecuencia su debilitamiento y descomposición. Usted ¿Qué opina?

 

 

 

Leave feedback about this

  • Quality
  • Price
  • Service

PROS

+
Add Field

CONS

+
Add Field
Choose Image
Choose Video

12 − 2 =

X