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Luis Zamora Calzada

6 DE NOVIEMBRE, TODOS A CLASES.

A un año de concluir la administración federal, las improvisaciones educativas brotan a caudales, las interrupciones del temblor del 19 de septiembre, quedarán sepultadas el 6 de noviembre de 2017, día dictado por el Secretario de Educación Pública del país para que todos los alumnos estén en clases.

 

Si bien se señala una fecha de regreso, se omite decir cómo recuperar el tiempo perdido, de qué manera se trabajará con los alumnos, cómo organizar los contenidos no vistos, que desventajas tendrán los estudiantes que reiniciarán el 6 de noviembre con relación a los que ya están en clases, qué destino espera al personal docente cuyos estudiantes sean reubicados en otras instituciones, en fin una lista interminable de interrogantes que la administración pública no toca, quizá por no contar con alternativas diseñadas para atender esta contingencia educativa ocasionadas por el temblor.

 

A todas luces las indefiniciones de la instancia educativa han causado perjuicio a los estudiantes, para el día señalado habrán pasado cuarenta y siete días sin aprender contenidos escolares, lejos de los textos que se utilizan en las aulas, ajenos a la disciplina que suele construir la escuela estableciéndoles un ritmo de existencia entre sus obligaciones cotidianas y las tareas con responsabilidades estrictamente escolares, definiendo el quehacer inmediato de cada uno.

 

En muchos lugares se observa que conforme han avanzado los días, la presión de los padres de familia por la reapertura de las escuelas va en incremento, manifestando temores respecto a que sus hijos puedan perder el ciclo escolar; postura confrontada con aquellos que sostienen que es preferible esperar el dictamen ordenado por la instancia educativa, para garantizar la seguridad de sus hijos y por supuesto la de los maestros.

 

Estas manifestaciones han ocasionado divisiones en los padres de familia, algunos que cuentan con el recurso económico, han llegado al extremo de separar a sus hijos de la escuela pública, optando por el servicio de las escuelas privadas, quienes se han visto beneficiadas por las indeterminaciones y omisiones de las instancias educativas estatales, seguramente del 19 de septiembre al 5 de noviembre del año en curso, la matrícula de estas instituciones habrán incrementado en números que sus dueños no esperaban en este ciclo escolar.

 

En tanto esto ocurre, el Instituto Mexiquense de Infraestructura Física Educativa (IMIFE) no logra atender todas las demandas de revisiones a escuelas que le son requeridas, condición necesaria en la emisión del dictamen que exige la comunidad escolar para hacer uso de las instalaciones de las escuelas; muchos directivos se quejan de la falta de respuesta, algunos aseguran que han llamado todos los días a las oficinas del IMIFE sin tener señalado aun fecha y hora para la visita de los peritos autorizados para la revisión ordenada; otros directores de diferentes niveles educativos y a pesar de la ausencia de los supervisores en la toma de decisiones, ante la presión de los padres, de manera conjunta se han organizado para acudir en grupo directamente al domicilio del instituto y exigir se nombre a los peritos para la revisión de las escuelas a su cargo.

 

No se puede omitir señalar que en esta contingencia educativa se han encontrado manifestaciones no imaginables, como el ofrecimiento de padres de familia para el uso de espacios en su domicilio para continuar con las clases:

 

“Les presto mi casa, rentamos un enlonado y sillas entre todos para que reciban clases nuestros hijos y no pierdan más tiempo, decidamos que hacer para ayudar a los maestros…”.

 

“Desde hoy regularizo a los niños que quieran tomar clase, sin costo alguno, me va a dar mucho gusto volver a trabajar con alumnos…” habrá asegurado un maestro jubilado, entre otros.

 

Lo anterior hace prueba fehaciente de que el estado mexicano ha sido rebasado y no cuenta con previsiones ni estrategias educativas para atender este tipo de contingencias, los simulacros son insuficientes, el panorama para los días después está ausente del referente de la autoridad educativa como ha quedado mostrado a partir del 19 de septiembre en el país.

 

 

 

 

 

 

 

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