Los asesores del presidente de la República Enrique Peña Nieto lo han estado desprestigiando con sugerencias que dañan su imagen y la de su propio partido, el Revolucionario Institucional. El caso reciente, de la maestra Elba Esther Gordillo Morales, en el sentido de que “es un peligro para la estabilidad del país”, según la Procuraduría General de la República es motivo de millones de críticas en el contexto nacional e internacional.
Por muchas obras que entregue en la República Mexicana, Peña Nieto no recuperará la imagen perdida. Gracias a las “asesorías” de sus “más cercanos colaboradores”, ha sido el Presidente que ha enfrentado más vituperios, lo que nuca había ocurrido a un político en la historia del país. Mejor no hubiera buscado la “silla grande” de Palacio Nacional.
En esta gran nación hay más temas, asuntos que se tienen que resolver, como: educación de calidad, servicios públicos, impartición de justicia, respeto a los derechos humanos, la seguridad de todos los habitantes, entre otras, donde en realidad se requieren estrategias viables tendientes a recuperar la credibilidad en las instituciones.
La intolerancia y el abuso del poder que raya en la dictadura, no es el camino para salir adelante en estos momentos de convulsión política, económica y social. Mao Tse Tung decía que más vale dar pasos hacia atrás y no pasos adelante que llevaran al fracaso. Enrique Peña tiene que analizar el funcionamiento de su régimen, de lo contrario la historia lo condenará. Siempre es mejor dejar buena huella que malos ejemplos. Él tiene la palabra.
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