Tal parece que los políticos no aprenden nada de la vida. Si en Nicaragua se ha suscitado un descontento general que ha rayado en heridos y muertos por el intento de reformar la ley de pensiones, esto debe de servir de ejemplo en el Estado de México para que no ocurra lo mismo que en el país Centroamericano.
Recientemente, el titular del Poder Ejecutivo envió a la Cámara de Diputados Local, una iniciativa de Ley para establecer una nueva reforma a la Ley del Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios, para que las cuotas de los derechohabientes se conviertan en cuantas individuales que se aportarán en un banco privado, conocido como Afore.
Es decir, ya no habrá una sola cuenta general que sea manejada de manera inteligente para garantizar a los derechohabientes las prestaciones de ley, como acceso a medicamentos, el manejo de los recursos se hará más engorroso, ya que cada cuenta-habiente deberá esperar un año para que se le rindan cuentas de su dinero aportado.
No es descabellada la idea del ex secretario general del Sindicato Único de Trabajadores de los Poderes, Municipios e Instituciones Descentralizadas del Estado de México Everardo López Pérez, en el sentido de que la institución en cuestión garantice y efectúe una adecuada planeación financiera del valor de sus activos.
Así se estaría garantizado el abasto suficiente de recursos para el pago de pensiones, para el suministro oportuno de los medicamentos en todas las clínicas, y para seguir apoyando a los pensionados en los préstamos que solicitan
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