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Abusos Laborales En El Sector Educativo

Toluca / Estado de México

De parte de Directivos, la indicación ser “empáticos” con padres de familia, una “empatía”, que sobrepasa todo entendimiento, o lo han hecho entender como “empatía” solo para una de las partes y dando a los maestros frente a grupo, la responsabilidad y culpabilidad del “NO” cumplimiento de actividades y/ o tareas.

Empatía: Es la CORRESPONDENCIA y la intención de comprender los sentimientos y emociones, intentando experimentar de forma objetiva y racional lo que siente otro individuo.

La empatía hace que las personas se ayuden entre sí. Está estrechamente relacionada con el altruismo -el amor y preocupación por los demás- y la capacidad de ayudar.

Primero al inicio del ciclo escolar, muchos Directivos obligando a los docentes a “buscar” a los alumnos que hicieron caso omiso a llamadas y mensajes para realizar la inscripción de manera digital. Así que se buscaron en sus domicilios y la inscripción se hizo de manera física, llenando formatos para formalizar inscripciones.

2) Buscarlos en su domicilio, exponiéndonos los maestros frente a grupo a contraer el COVID-19, daban la orden de resguardarnos en nuestras casas y no poder salir a ningún lado, por otra parte, salir a buscar a los alumnos a sus domicilios, incurriendo en varias cosas.

Poder ser acusados de molestarles en su domicilio.

Riesgo de trabajo, sufrir algún accidente físico o emocional, (ser asaltados, mordidos por algún perro, durante esta actividad).

Por otro lado, la comprensión de maestros a padres y alumnos de no contar con las herramientas digitales y no contar con internet. Esto conlleva también la “comprensión” a que “NO” envíen tareas, o lo hagan en el horario y/o día que sea, cuando “puedan”, llamadas a los maestros en horarios que no corresponden al horario y turno al que el alumno está inscrito.

Por parte, de Directivos llamadas, WhatsApp, correos electrónicos a todas horas, pese a que todo esto no es “VÍA OFICIAL”, aun así los maestro tenemos o debemos tener la empatía y/o comprensión que por la pandemia estos son los vínculos de comunicación de los Directivos con docentes.

Sabido es por todos que el inicio de la pandemia de marzo de este año 2020 y el inicio de un ciclo escolar 2020-2021, sería diferente, los maestros lo asumimos como nuevos retos y/o desafíos, sin embargo la “empatía” que exigen las autoridades para padres de familia ya nos rebasó, se cruzó la línea del respeto y el entendimiento, ahora se ha convertido en permitir llamadas, mensajes fuera de horarios laborales, algo que no se ve y que no se publica en ningún lado, tratando de resguardar un “POCO” de nuestra vidas personales, se les dio el horario de atención, obviamente en el horario laboral establecido, ya que los nombramientos de docentes no dice: “no es de tiempo u horario abierto”.

Los docentes de todos los niveles tenemos asuntos que resolver de otra índole, familiares y otros.

Algunos Directivos indican que debemos “atender” a los padres en horarios que “NO” corresponden al turno en el cual se encuentran inscritos, es comprensible que algunos docentes lo acepten, pero no es obligatorio para todos y obviamente tampoco lo dan por escrito para que no existan las pruebas y eso nos lleva a una “discusión” sin causa, ni meta alguna, ya que entramos en un dilema, y a hablar y decir cosas que legalmente no nos llevarán más que al abuso y una especie de persecución por parte de algunas “autoridades”, sin descanso y lograr su objetivo de amedrentar y abusar de esa que le llaman ”autoridad” y “jerarquía”.

En nuestro marco jurídico mexicano, siendo más concretos, en la Ley Federal del Trabajo, en su Artículo 61 menciona que la jornada laboral será de 8 horas máximo, lo cual quiere decir que después de esas horas, debo de tener libertades, tales como el ocio (ver una película, jugar con mis hijos) aseo del hogar, o simplemente descansar para retomar energías para el día siguiente, este derecho se ve coartado por todas las autoridades educativas, puesto que parece que desean que trabajemos las 24 horas del día, ¿esto quiere decir que la “educación” o más bien, la impartición de conocimientos, es más importante y que está por encima de los derechos laborales de los maestros?

Aquellos derechos laborales que se consiguieron a raíz de intensas luchas sociales a lo largo de la historia de México.

“Te vamos a cesar”, siempre con sus mismas palabras, frases trilladas, llenas de odio, “es tu trabajo”, “lo necesitas”, “con eso come tu familia”, “de ahí tienes comida en tu casa”, “de ahí estudian tus hijos”.

A lo que surgen las interrogantes, entonces:

¿La profesión de ser docente ha sido solo cobrar un cheque regalado?

¿Creemos esa falacia y aberrantes palabras que no tenemos valía, ni crédito a nuestra palabra, ni a nuestro trabajo?

¿Nos arrepentimos de nuestra profesión? al escuchar, como los mismos compañeros nos repiten para eso quisiste ser maestro.

¿Para ser maltratado?

¿Por haber luchado por un sueño y poder transformar sueños en realidades?          No solo de uno, sino de otros.

¿Por haber luchado por ser un profesional en mi país?

Para nada es auto lacerarse, solo son muy poquísimas preguntas que rondan en nuestras cabezas por haber elegido una profesión tan señalada y satanizada, aún más en una PANDEMIA MUNDIAL.

En las evaluaciones, se “solicitó” “autorización” para asignar calificaciones, que estuvieran de acuerdo, para no provocar malestares a las Direcciones Escolares, aun con registro de no entregar actividades, o hacerlo de manera extemporánea y tener los registros.

¿Hasta dónde hemos llegado? Sabemos o imaginamos la finalidad, ahora de grupos máximo son 10 familias de 45 comprometidas con la educación y conocimientos reales y aplicables a su vida, competentes y resolutivos en cualquier situación, lo demás es simulación y culpar a otros de la RESPONSABILIDAD QUE COMO PADRES TENEMOS Y DEBEMOS ASUMIR POR EL SIMPLE HECHO DE HABER O NO DECIDIDO “SER” PADRES DE FAMILIA.

Los niños, nuestros hijos ya están aquí y piden a gritos padres que los amen, los respeten y confíen en ellos, a veces resulta que los docentes confiamos más en ellos que sus propios progenitores, les hablamos de que lo hacen bien, que pueden mejorar aún más contra sus propias familias. Sin embargo revisamos trabajos hechos por los padres, para obtener calificaciones falsas.

Y miles de historias más, no para quejarnos, no, para externar nuestro agobio y las miles y diferentes historias de los maestros en México y no se trata de tener o no vocación, que es esencial, unos la adquieren antes, es un sueño, un anhelo, otros la abrazan durante el tiempo que ejercen la docencia.

Los Directivos mismos, comentan, a mí me mandan WhatsApp y correos electrónicos, por eso yo hago lo mismo con ustedes maestros frente a grupo, muchas veces sin leer la información y sin “PRIORIZAR” los asuntos.

En fin…

Los opresores y los oprimidos.

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