Por: Raúl MARCELINO VICTORIA
El Órgano Superior de Fiscalización (OSFEM) ha dado a conocer el resultado de la auditoría al ejercicio fiscal 2019 de los Ayuntamientos mexiquenses, concluyendo que los mismos acumulan una deuda de 27 mil 688 millones 329 mil pesos, nadamás.
Mencionada cuenta, contempla los gastos tanto de los Ayuntamientos como de los Sistemas DIF, los Organismos de Agua, los Institutos de Cultura Física y Deporte. De los 27 mil 688 millones 329 mil pesos, más de 21 mil 421 millones 501 mil pesos es de corto plazo y 6 mil 266 millones 827 mil pesos a largo plazo.
No es nuevo que resultados como esos se den cada que concluye una administración municipal, ello debido a los malos manejos de los recursos públicos emanados de los impuestos de la ciudadanía y de la venta de petróleo.
Pudiera ser que haya casos en los cuales fue necesario endrogarse para sacar adelante una obra de impacto social; sin embargo, son los pocos, generalmente los endeudamientos se dan por “cumplir” con salarios exagerados, por gastos de representación o por pago a empresas fantasma para llevar a cabo una ganancia “por debajo del agua”.
Donde se trabajó con honradez, los Alcaldes tuvieron la oportunidad de ser reelectos pues la gente les reconoce su esfuerzo, toda vez que se contribuye a elevar la calidad de vida de la población en general, donde no, simplemente los políticos perdieron la oportunidad de seguir al frente de un Ayuntamiento.
Tras los desastrosos resultados electorales, algunos políticos que aún tienen vergüenza reconocieron públicamente que le fallaron al Presidente, los que no, callaron para que la gente interpretara su silencio. Ese tipo de personajes seguramente ya volverán a ser gobernantes.
La ciudadanía es muy sabia en el análisis del desempeño de la clase política, los resultados de las votaciones pasadas son prueba de ello; honor a quien honor merece y voto castigo para quien se lo ha ganado con deshonestidad, negligencia y descaro.
En este contexto, no hay a quien irle. Los mismo incurren en malos manejos políticos de extracción priista, que morenista, perredista; el poder es el poder y desafortunadamente se ejerce de manera equivocada, perdiendo el verdadero rumbo.
Lo anterior sin medir consecuencias, a pesar de que se fuguen grandes cantidades de dinero para asegurar el porvenir de varias generaciones, ya lo dice el proverbio popular “el que no tranza, no avanza”. Por eso es muy importante que se apliquen las leyes para que se recupere capital mal habido, esto está bien claro para el Presidente de la República en turno.
No en vano Andrés Manuel López Obrador ha promovido -y logrado- las leyes de Conflicto de Interés y la de Extensión de Dominio, lo que le ha permitido reorientar la distribución de la riqueza del país, inclusive ha sido posible la copra de vacunas anti COVID-19, para inmunizar gratuitamente a la población de la perla mexicana.
Dicha actitud es digna de encomio, aunque la reacción diga lo contrario y utilice muchos pretextos para tratar de desprestigiar al nuevo régimen (de la Cuarta Transformación). Ya lo decía una política guerrerense “con trabajo se gana a la gente”. Los detractores deben demostrar su verdadero interés de servir al colectivo con trabajo, honradez, entrega y dedicación.
Si. Hoy por hoy, es posible recuperar las cantidades de dinero robadas, extraídas de los erarios, además de que se aplica la ley para que los malos gobernantes vayan a parar al lugar que se merecen: a la cárcel, y de paso ser inhabilitados para ocupar cargos públicos.
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