Lerma / Estado de México
Al grito de “Xochicuautla no se vende, se ama y se defiende” y “el pueblo consiente, no se rinde ni se vende”, vecinos de la comunidad de Xochicuautla se opusieron a que reiniciaran las labores de tirar árboles en una zona considerada como área natural protegida, estipulada mediante Gaceta de Gobierno.
Además, por no contar con los permisos correspondientes para derribar árboles y abrir brechas, la Comunidad Indígena de San Francisco Xochicuautla perteneciente al municipio de Lerma Estado de México, corrieron a quienes calificaron como «talamontes» y policías estatales que los resguardaban en las zonas donde se tiene contemplado construir la autopista Toluca-Naucalpan.
En voz de José Luis Fernández comunero y Jaime Vargas González integrante del Consejo Supremo expresaron que el gobernador Eruviel Ávila Villegas viola flagrantemente sus derechos, además de desacatar los mandatos judiciales emitidos por tribunales.
Agregaron, «una vez más se utiliza la desviación de poder. Se violenta una vez más las leyes de nuestra Constitución y los Tratados Internacionales».
En este sentido, ambos personajes en representación de los inconformes argumentaron que no se cuenta con un documento que avale la presencia de trabajadores en su territorio, «ya que hay un juicio de amparo directo (48/2014 acuerdo del primer tribunal colegiado del segundo circuito, correspondiente a la sesión del 2 de mayo de 2014)».
Subrayaron los actos de provocación, persecución, hostigamiento e introducción ilegal a su territorio comunal por parte del gobierno estatal e indicaron que a partir del 8 de octubre irrumpió en la comunidad la empresa constructora denominada Autovan S.A. de C.V. dependiente de la constructora Teya donde funge como titular Armando Hinojosa Cantú, quienes se niegan a mostrar los permisos que avalen su presencia y labor en la localidad.
Posterior a su pronunciamiento, se realizó un recorrido por zonas boscosas donde se pudo apreciar el motor de las motocierras que derribaban árboles, aparte de las decenas que ya se encontraban tirados; acción que molestó a los vecinos y exigieron se detuviera esa acción.
En ese preciso momento un señor con motocierra en mano detuvo su labor, sujeto que se encontraba acompañado de un joven de 16 años que le ayudaba y quienes eran resguardados por media docena de granaderos de la policía estatal que se encontraban escondidos entre las yerbas y árboles del lugar.
Barranca abajo, se detectó otro grupo de «talamontes» -durante el recorrido se pasó por decenas de árboles derribados-; grupo de personas que también eran resguardados por policías estatales, a quienes también se les exhortó dejar de realizar dicha labor.
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