Santiago Tianguistenco / Estado de México
En entre dicho ha quedado el “supuesto” liderazgo que decía tener el hoy presidente de la Junta de Coordinación Política de la LVIII Legislatura del Estado de México Alfonso Arana Castro, después de los resultados del pasado domingo 7 de junio fue todo lo contrario, cuando en la elección intermedia los priistas de Santiago Tianguistenco volvieron a ceder el gobierno a un partido de oposición.
Sólo bastaron dos trienios –seis años- para que el Partido Acción Nacional en esta demarcación recuperara de nueva cuenta el gobierno municipal que comenzará a ejercer un perredista Fernando Álvaro Gómez a partir del 1º de enero de 2016, quien compitió bajo las siglas de la coalición PAN-PT y que de manera sorprendente le ganó a los priistas que pregonaban unidad.
Sólo bastaron 96 meses que lograron mantener el control del Ayuntamiento de Tianguistenco los del Revolucionario Institucional para de nueva cuenta otorgarlo a la oposición dando paso a la tercera alternancia en la historia del municipio.
Fue precisamente Arana Castro quien venía de la diputación local, bajo un sufrido triunfo logró recuperar las riendas del Ayuntamiento para los priistas en aquella elección del 12 de marzo del 2009, quitándole el control a su primo panista Alfredo Rodríguez Castro e imponiéndose a un tibio Jairo Vázquez García –que hoy labora en el gobierno priista de Jesús Arratia González-.
Posteriormente, le cedió las riendas del gobierno municipal su compadre y quien fungió como su tesorero Jesús Arratia González, todo marchaba a la perfección uno alcalde y el otro diputado, pero fue precisamente en la designación de candidatos cuando vinieron las diferencias tres personas y sólo dos puestos –ya que la diputación federal estaba otorgada-, la unidad pregonada se rompió.
El exceso de confianza, la ambición y los cotos de poder que prevaleció entre dos familias que se han apoderado y repartido las principales áreas de la administración pública municipal desde hace seis años como lo son los Arana y los Olivares -dejando a un lado a los demás grupos interno del priismo-, fue la inconformidad que militantes y simpatizantes del tricolor expresaran en las urnas.
La imposición de Marcela Góngora como candidata priista a la alcaldía tianguistecana favorecía a Alfonso Arana –quien además se comenta, es su comadre- mientras que a Alejandro Olivares le otorgaban el espacio de la diputación local en la persona de Diego Moreno. Faltaba uno en la lista, el alcalde Jesús Arratia quien no fue tomado en cuenta aún y cuando no tuvo un mal desempeño en el Ayuntamiento, acción que no le sirvió de mucho.
La ambición y repartición de puestos claves dentro de la administración pública municipal desde el año 2006, en algún momento tenía que generar inconformidad y fue justo en el año 2015 en la elección intermedia cuando esto sucedió, el exceso y repartición de puestos de los Arana y Olivares marcó la diferencia.
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